
Con la legalización del cáñamo en diciembre de 2018, se abrieron las puertas para que la planta y sus derivados fueran comercializados plenamente, de allí el auge del CBD en el mercado estadounidense, sin embargo, esta sustancia, aunque es legal, siempre y cuando no posea más de 0.3% de THC, todavía no es considerada un suplemento dietético por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), es decir que a nivel federal se debe comercializar bajo receta.
La FDA se mantiene rígida en su postura a pesar de las peticiones de grandes fabricantes. Hace poco la firma Charlotte’s Web of Colorado e Irwin Naturals solicitaron la autorización de la agencia para comercializar su extracto como un «nuevo ingrediente dietético».
Tras la petición, los reguladores de salud federales han rechazado la venta de CBD de espectro completo como suplemento dietético, al respecto alegaron dos razones que se exponen a continuación:
- El CBD es el ingrediente activo de un medicamento farmacéutico y, por lo tanto, no debería estar disponible sin receta
- Datos insuficientes sobre la seguridad y eficacia del CBD
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Por su parte, Charlotte’s Web refutó la decisión de la FDA e indicó que su extracto de espectro completo es distinto del CBD farmacéutico, el cual es un aislado que no contiene otros cannabinoides.
En su pronunciamiento, la compañía dejó claro que su negocio no se vería afectado, pero pidió al Congreso que interviniera y designara el CBD derivado del cáñamo como suplemento dietético.
Es oportuno recordar que en el Senado reposa un proyecto de ley que plantea calificar el cáñamo como suplemento dietético, pero aún no ha sido sometido a votación.