Un perro o gato se ha vuelto un integrante más de la familia, tanto es así que, en ocasiones, terminan por convertirse en un ser inseparable, un acompañante en la sala, la cocina y en todas partes a las que se vaya dentro de la casa, cuando eso pasa, los usuarios de cannabis se suelen preguntar qué pasa cuando se fuma un porro encerrado en el cuarto con la mascota.
Algunos piensan que no pasa nada, otros se cohíben por pensar que terminan por intoxicar al animal, ante la duda es preciso consultar a profesionales de la salud animal.
La opinión de los veterinarios
«Los gatos y los perros se ven afectados por el tabaquismo pasivo de cualquier tipo«, expresa la Dra. Sarah Elliott, oficial veterinaria central de la organización benéfica de bienestar animal Cats Protection.» Los estudios han demostrado que puede provocar cáncer en las mascotas», agrega.
Al referirse específicamente a un porro y sus efectos en animales por inhalación pasiva del humo, Elliot considera que no es un acto muy común, pero es posible que esto pueda ocurrir, en ese abordaje, explica que es más habitual que los peludos terminen intoxicados por consumir restos de cogollos que queden en el piso o mueble, también entre las cenizas o que ingiera directamente un producto cannábico como las gominolas.
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Por su parte y dejando a un lado la ingestión, la Dra. Lucy Troup, una neurocientífica clínica que investiga los efectos del cannabis considera que un perro o un gato podrían drogarse con el humo de segunda mano, aunque sostiene que debería ser cuando se concentra mucho humo producto de un espacio muy cerrado y poco ventilado.
Ante los posibles escenarios por fumar en espacios cerrados, las veterinarias Elliot y Troup no dudan al afirmar: “fumar frente a tu mascota definitivamente es malo para su salud”.
