Estilo de vida

Pasó de consumir drogas a diseñar ropa inspirada en cannabis

El emprendedor se le ocurrió crear una marca de ropa cuando pasaba por un proceso de rehabilitación. Conoce su historia en la siguiente nota

Carlos Martínez, un colombiano de 51 años de edad fundador de la marca “Cannabis Natural Fashion”, dedicada a crear prendas de vestir inspiradas en el cannabis, una idea que partió de una crisis personal y es que Martínez atravesaba por un período en el que abusaba de las drogas, fue entonces cuando acudió a rehabilitación y en ese período tuvo la idea de fundar la línea de ropa.

Pensó en crear piezas con textiles a base de la fibra de cannabis no psicoactivo, también conocido como cáñamo, pues sabía que la planta es ecológica, crece casi que en cualquier terreno, requiere poca agua, absorbe el CO2 y con pocas hectáreas se obtiene mucho más fibra que el algodón.

“Estoy logrando muchas cosas con mi emprendimiento, sin embargo, quiero dejar claro que el aporte en la protección al planeta desde mi idea de negocio es muy pero muy grande, si este insumo se pudiera producir directamente en Colombia por ejemplo, se ahorraría suelo para alimentos, ya que de una hectárea de cáñamo sale una tonelada de fibra, en cambio con una hectárea de algodón apenas sale media. Además de esto, el algodón daña el suelo a los 6 años, mientras que el cáñamo lo enriquece y no necesita los fungicidas que requiere el algodón transgénico, que por cierto, termina teniendo productos cancerígenos. La fibra es ideal porque es un recurso natural”, relató Martínez.


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Su idea resultó interesante, pero conseguir la fibra era un obstáculo, pues en territorio neogranadino todavía no hay un marco a gran escala que contemple la producción de cáñamo para utilizar en textiles, por tal razón aprovechó un viaje a China para conseguir las telas de cáñamo y de allí comenzar sus primeras colecciones.

Actualmente posee un punto de venta, propia en uno de los puntos comerciales más importantes de Bogotá, conocido como San Victorino, “La confección artesanal-artística en estos momentos nos permite vender solo entre 50 y 70 pantalones al mes, mantenemos la marca del jean tradicional. Claro está, con nuestro sello de originalidad juvenil, que es de la cual en verdad vivimos”, detalló.

Política inclusiva

Indicó que en los talleres de confección trabajan personas que se encuentran en proceso de rehabilitación. “Generamos empleos a personas como yo, que sé que, si no hubiera emprendido, no hubiera sido fácil que me dieran un buen empleo”, recalcó.

Sus planes son continuar la expansión, que pudiera ser mucho mayor si las autoridades colombianas regularan la planta con fines industriales. “Si el Gobierno Nacional aprobara el tratamiento del cáñamo para la realización de prendas, muebles y demás, tendríamos un futuro más alentador. El universo del uso de este es, por decirlo de alguna forma, un reto que revolucionaría la economía, la productividad limpia y muchas más formas de comenzar ese proceso de sostenibilidad para el cual Colombia es un oasis”, apuntó el emprendedor colombiano.

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