
Al propio estilo de Ámsterdam, la capital de Tailandia, Bangkok, atrae a turistas con coffeeshops y es que en la localidad de Khao San, una zona muy popular entre mochileros, abrió sus puertas RG 420, un café cannábico, al cual llegan numerosos viajeros.
Hay quienes consideren que este tipo de local incrementan el turismo, una industria que le genera bastantes recursos al país asiático, pero que se vio interrumpido durante la pandemia y ahora vuelve a repuntar.
De hecho, Ongard Panyachatiraksa, propietario de RG420, y otros comerciantes como él, consideran que sus cafés son fundamentales para los esfuerzos por revivir una industria turística que contribuía a cerca del 12% del PIB antes de la pandemia.
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Panyachatiraksa afirma que cientos de personas han visitado el café todos los días, y dado el éxito, tiene planes de abrir otro establecimiento similar. «Los europeos, los japoneses y los estadounidenses buscan la sativa tailandesa«, refirió Ongard a la agencia Reuters, «el cannabis y el turismo son compatibles«, agregó.
Así comienzan a surgir nuevas propuestas en Tailandia, donde el cannabis se legalizó con fines medicinales en 2018 y desde entonces la planta ganó presencia en distintos sectores al punto que en junio pasado despenalizó la planta y permitió el autocultivo.