
A la marihuana se le conoce por su efecto psicoactivo, de allí que fuera prohibida por larga data, hasta que en las últimas décadas se le hallaran una serie de beneficios aprovechados en el campo de la salud y hoy día el cannabis medicinal es legal en varios países, pero poco se habla de su potencial ecológico.
Y es que el cultivo de esta planta genera un bajo impacto ambiental, de hecho, en una comparación, se dice que el cannabis de autocultivo “contamina” sustancialmente menos que un tradicional café, e incluso, estos sembradíos pueden ser de gran ayuda para el planeta, pues se encargan de combatir el calentamiento global.
¿Cómo el cannabis puede disminuir el calentamiento global?
El cannabis tiene la capacidad para fijar el anhidrido carbónico (CO2), el principal gas de efecto invernadero, en particular, la planta es capaz de atrapar y retener el carbono del aire, el cual filtra y deja más limpio, mientras que las raíces absorben los metales pesados del suelo.
Si bien, otras plantaciones también absorben el CO2 , algunos estudios aseguran que el cannabis es dos veces más eficaz que los árboles para captar y retener carbono, en ese abordaje, estiman que una hectárea de cannabis absorbe de 8 a 22 toneladas de CO2 al año, una cantidad superior si se compara a la absorción de un bosque completo.
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Por si esto fuera poco, el cannabis puede crecer con gran rapidez, al punto de alcanzar hasta cuatro metros de altura en solo 100 días, en casi cualquier tipo de suelo y con muy poca agua.
Si se toma en cuenta todas estas particularidades, entonces es posible afirmar que las plantaciones de cannabis son beneficiosas para el medio ambiente, siempre y cuando no se utilicen fertilizantes químicos o se climaticen con acciones de invernaderos artificiales.