
Son varias las razones que tienen los activistas procannabis para abogar por la legalización de la planta, una de ellas es que al regular la marihuana se frena la ilegalidad, pues los consumidores optan por adquirir la sustancia en establecimientos legales en lugar de la clandestinidad.
En efecto, eso parece ocurrir en los Estados Unidos a medida que más regiones legalizan la marihuana, sale a relucir el informe de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) el cual reconoce que la entrada de cannabis proveniente del tráfico ilegal desde México ha disminuido en los últimos años, al tiempo que la producción nacional de la planta ha empezado a abastecer a los estadounidenses.
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Es necesario recordar que, durante años, por su posición territorial México ha sido el principal proveedor de Marihuana ilegal de los Estados Unidos, un título que todavía ostenta, con la particularidad que el volumen de esta sustancia vegetal traficada hacia el norte se ha reducido, según señala la DEA.
“La marihuana mexicana ha sido suplantada en gran medida por la marihuana de producción nacional”, se lee en el informe, “el panorama nacional continúa evolucionando a medida que los estados promulgan referéndums de votación y legislación sobre la posesión, el uso y el cultivo de marihuana y sus productos asociados”, agregó.
Estudios previos
Esta no es la primera vez que sale a relucir este tipo de información, ya en 2018 el Instituto Cato había efectuado un estudio similar, en el cual afirmó que la legalización en territorio estadounidense provocó un descenso en el tráfico de marihuana.
Ahora lo hace la DEA, que por cierto, ha dado algunos pasos significativos para permitir una mayor investigación científica con cannabis, pues a principios de años autorizó a dos empresas a que produzcan la planta con fines investigativos, ampliando los espacios, pues antes únicamente estaba autorizada la Universidad de Mississippi, además, la agencia mostró un criterio más flexible con respecto a las semillas de cannabis.