El cannabis medicinal en Reino Unido se ejecuta bajo un rígido sistema que contempla algunas afecciones de salud, entre ellas, la epilepsia, en ese país se comercializa el Epidyolex, pero no todos pueden costearlo, ahora bien, gracias a la iniciativa de una madre interesada en la salud de sus hijos, fabricantes de formulaciones cannábicas optaron por suministrar de manera gratuita sus productos a niños con epilepsia.
Todo comenzó cuando Charlotte Caldwell, una activista por el cannabis medicinal y madre de un niño con epilepsia refractaria, consiguió una autorización para usar los componentes de la planta en un tratamiento contra la enfermedad de su hijo.
Devolvieron cannabis decomisado
En una oportunidad, Caldwell arribó al aeropuerto de Londres y en su equipaje llevaba cannabis que le fue decomisado, lo cual causó un revuelo mediático y tiempo después le fue devuelto, puesto que requería la sustancia vegetal para la salud de su pequeño.
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Entre tanto, varias empresas le ofrecieron gratuitamente los productos de cannabis medicinal para atender a su hijo. “Durante el período en que mi hijo Billy estaba siendo considerado para recibir fondos del NHS, tuve la suerte de que el fabricante me obsequiara su cannabis medicinal y lo suministró a través de una receta privada. No todos los pacientes tienen tanta suerte como Billy, por lo que yo mismo tomé el relevo y acudí a los fabricantes para pedirles ayuda”, relató Caldwell.
Con tal acción, la mujer logró que varias empresas de cannabis medicinal se presten a ofrecer sus productos gratuitamente para casos de epilepsias infantiles que acuden al sistema de salud pública.
Se trata de Althea, Canopy Growth y Cellen, las cuales confirmaron que apoyarán con fármacos cannábicos gratuitos a las familias que acudan al sistema público de salud solicitando la financiación de las formulaciones cannábicas para la epilepsia refractaria de sus hijos, es decir, que las empresas cubrirán gratuitamente los tratamientos, mientras dura el proceso de solicitud previsto en el programa de salud público, en promedio, unos ocho meses.
