Las autoridades de Ecuador ya han hablado de siete tipos de licencias para explotar el cáñamo, una de ellas para cultivos con fines industriales, donde se involucra la alimentación, tejidos y uso medicinal, mientras que su aplicación psicoactiva o recreativa queda prohibida.
Con tales disposiciones, algunos representantes del sector industrial ven una oportunidad para levantar la economía del país postpandemia, tal es el caso de Francisco Enríquez, de la compañía Cáñamo Ecuatorial y Greenvestech, quien considera que “el cáñamo podría ser uno de los productos estrella y hacer que Ecuador produzca el mejor cáñamo del mundo”.
Pero para lograr ese objetivo, sostiene que se debe crear una visión de país en torno al tema y que la curva de aprendizaje sea la más corta posible para aprovechar las oportunidades internas y externas hasta ser uno de los más competitivos en la región.
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“La industria del cannabis crece a un ritmo de 30 % anual y se ha duplicado en los últimos años, al 2025 se espera que llegue a los 145.000 millones de dólares”, puntualiza Enríquez. «Se trata de una industria muy grande, donde Ecuador podría ser un fuerte competidor», recalca.
