
En prisión el consumo del cannabis en la mayoría de los recintos está prohibido, sin embargo, es común el uso de la planta bajo la clandestinidad, de hecho, hay mayor probabilidad que un exconvicto recurra a la marihuana en comparación a quienes nunca han pisado la cárcel.
Ante esa tendencia de consumo, un grupo de investigadores españoles se interesó en conocer ¿cuáles son las razones por las que la población carcelaria recurre al cannabis?, para despejar esa interrogante, los interesados decidieron evaluar la población carcelaria de dos prisiones de la región de Cataluña en España.
Metodología aplicada
Los autores llevaron el estudio a cabo en dos fases distintas en el servicio de drogodependencias de los centros penitenciarios catalanes Brians 1 y Brians 2. En la primera fase, organizaron una charla grupal para hablar sobre el uso de cannabis en la prisión, en función de la receptividad, diseñaron un cuestionario que completaron 63 participantes.
En particular, el formulario abordó la calidad de vida, el apoyo social percibido, el desenvolvimiento penitenciario y los motivos para usar el cannabis, los cuales compararon con indicadores oficiales sobre salud en Cataluña.
De esta manera, el equipo concluyó que “la razón más común parece ser para afrontar el estrés asociado con la vida en prisión”, aunque también determinó otras causas, entre ellas, el uso de la planta como sustituto de medicamentos recetados o de otras drogas ilegales.
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Si bien, esos motivos también los pueden tener quienes están fuera de la prisión, la principal diferencia es que el 70% de los prisioneros manifestó tener “mucho” o “muchísimo” niveles de estrés y ansiedad, no obstante, el 80% de los encuestados dijo sentirse “muy” o “extremadamente” optimista sobre su futuro.