
Desde hace años, autoridades de Países Bajos abordaron el tema de los coffee-shops y conscientes que los establecimientos venden brownies infundidos con cannabis y toleran el consumo,el gobierno aceptó que deben abastecerse de un proveedor especial.
En ese sentido, los proveedores e inversionistas extranjeros, sitúan los ojos en el país, y aunque todavía no se ha iniciado ningún cultivo, las empresas que han conseguido alguna de las licencias para participar han recibido ofertas millonarias y muchas de sus acciones ahora son propiedad de compañías que quieren posicionarse en el futuro mercado legal del cannabis en Europa.
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Los inversores extranjeros han sido seleccionados siempre y cuando cumplan con programas de investigación que garanticen la disponibilidad y seguridad de los productos cannábicos, pues se busca acabar con el mercado negro.
El programa forma parte de un acuerdo de Gobierno que data de 2017 cuando se autorizó a un total de diez empresas a producir 6,500 kilos de cannabis legal al año para abastecer a los coffeeshops de un único municipio durante cuatro años.
Si bien, las diez empresas que participarán en el programa fueron escogidas por sorteos, la mayoría de ellas, han vendido sus acciones o han sido adquiridas por empresas extranjeras.