
Las bebidas infundidas con cannabis son una de las formas más novedosas de consumir la planta, diversas marcas comienzan a ofrecer este tipo de presentación que puede considerarse nueva en el mercado y que representa un fuerte competidor para la industria de bebidas alcohólicas, sin embargo, su presencia en los estantes comerciales no ha sido fácil y aún le queda retos por enfrentar.
En el caso de Canadá, donde la marihuana es legal desde 2018, las presentaciones comestibles fueron reguladas a principio de este año con el llamado “cannabis 2.0”, pero a casi un año desde que las autoridades permitieron su comercialización, muy pocas marcas han podido llegar a las tiendas para su venta al público, debido a que el sector requiere desarrollar toda una infraestructura y para ello, necesita una elevada inversión destinada a la producción, distribución, recepción y exposición de los productos.
Formulación compleja
Al hablar de producción, uno de los mayores retos para los jugadores del mercado es conservar la bebida en condiciones idóneas para el consumidor, pues el producto se caracteriza por su corta duración. “El mantener un sabor consistente, una potencia inconsistente y el tiempo que toma el alcanzar el efecto deseado es todo un desafío”, comenta Karan Wadhera, gerente de la empresa de capitales de riesgo de cannabis Casa Verde Capital.
Por su parte, Infinite Chemical Analysis Labs. a través de ensayos muestra que algunas bebidas pueden degradarse en tan sólo unos días, dejando el THC que causa el efecto deseado pegado al revestimiento de la lata, disminuyendo la potencia de la bebida.
Joshua Swider, cofundador y director general de Infinite Chemical Analysis Labs explicó que la mayoría de los cannabinoides son insolubles en agua y para superar este problema, las empresas utilizan emulsiones para mezclarlos en la solución líquida. “mantener esa mezcla es todo un desafío”, recalcó.
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En cuanto a la distribución y recepción, amerita de una red conformada por vehículos de carga que recorran los distintos puntos de venta en los tiempos establecidos para abastecer el producto en los negocios correspondientes, donde también se necesitan refrigeradores o anaqueles particulares, en los cuales se exhiban las bebidas.
Limitaciones financieras
Para cumplir con esta infraestructura, es necesario tener cuantiosos recursos, pero la pandemia ha hecho que los fondos de inversión sean aún más escasos para el sector.
“Esto es ciertamente lo que ocurrió en el caso de los productores autorizados canadienses que han tenido que llevar a cabo despidos masivos de personal y reducir la producción”, manifestó Stuart Titus, director de la compañía Medical Marijuana Inc. “La disminución del capital de inversión también ha tenido un efecto negativo en el desarrollo de productos, razón por la cual la oferta de bebidas a base de cannabis sigue siendo relativamente pequeña”, acotó.
Bajo ese escenario, los fabricantes de bebidas cannábicas tienen oportunidad de crecer ante un sediento y curiosos mercado interesado en probar nuevas propuestas, pero para lograrlo, deberán sortear varios obstáculos.